domingo, 5 de enero de 2020

Inner Worlds, Outer Worlds. Parte I: Akasha, 2012. Daniel Schmidt.



Narrador: "En el principio, era el Logos, la Gran Explosión, el Primordial Om. La teoría de la Gran Explosión dice que el universo físico surgió vertiginosamente de un punto singular, inimaginablemente denso y caliente, llamado una singularidad y que era mil millones de veces más pequeño que la cabeza de un alfiler. No dice el por qué ni el cómo.

Cuanto más misterioso es algo, más asumimos que lo comprendemos.

Antes, se pensaba que la gravedad haría que se desacelerara eventualmente la expansión del universo o que lo contraería en una gran implosión. Sin embargo, las imágenes del Telescopio Hubble demuestran que la expansión del universo parece estar acelerándose, expandiéndose más y más, desde su origen en la Gran Explosión.

De alguna manera, hay más masa en el universo de lo que la física había predicho. Para justificar la masa faltante en la predicción, los físicos dicen ahora que el universo está compuesto de solamente 4% de materia atómica o lo que consideramos “materia normal”. 23% del universo es materia oscura, y 73% es energía oscura, lo cual antes pensábamos que era espacio vacío.

Es como un sistema nervioso invisible que recorre el universo conectando todas las cosas.
Los antiguos maestros védicos enseñaban "Nada Brahma": “El universo es vibración”. El campo vibratorio es la raíz de toda experiencia espiritual e investigación científica verdaderas. Es el mismo campo de energía que, santos, budas, yoguis, místicos, chamanes, sacerdotes y videntes han observado al observar en su interior. Se le ha denominado Akasha, el Primordial Om, la Red de Joyas de Indra, la Música de las Esferas y miles de otros nombres a través de la historia. Es la raíz común de todas las religiones y el vínculo entre nuestros mundos interiores y exteriores.



Parte Uno: Akasha.


En el siglo III, el budismo Mahayana describió una cosmología no muy distinta a la física más avanzada de hoy en día. La Red de Joyas de Indra es una metáfora usada para describir una enseñanza védica mucho más antigua, que ilustra la forma en que se teje la trama del universo. Indra, el rey de los dioses, dio a luz al sol y mueve los vientos y las aguas. Imagina una telaraña que se extiende en todas las dimensiones, está formada por gotas de rocío y cada gota contiene un reflejo de todas las demás gotas del universo y en cada reflejo se advierte a la vez el reflejo de las gotas más minúsculas. Toda la telaraña continua en esa misma representación hasta el infinito. La Red de Indra podría ser descrita como un universo holográfico donde hasta el más mínimo rayo de luz, contiene el patrón completo de la totalidad.
A veces, al científico norteamericano Nicolas Tesla se le llama “el hombre que inventó el siglo XX”. Tesla fue el responsable del descubrimiento de la electricidad de corriente alterna y muchos otros inventos, que ahora son parte de la vida cotidiana. Debido a su interés en las antiguas tradiciones védicas, Tesla se encontraba en una posición única para comprender la ciencia, a través de un modelo tanto oriental como occidental. Como todos los grandes científicos, Tesla investigó profundamente los misterios del mundo exterior pero también observó profundamente su interior. Al igual que los antiguos yoguis, Tesla usó el término Akasha  para describir el sentido etéreo que se extiende a lo  largo de todo.
Tesla estudio con Swami Vivekananda, un yogui que trajo las enseñanzas antiguas de India al Occidente. En las enseñanzas védicas, Akasha es el espacio en sí. El espacio que los otros elementos llenan, que existe simultáneamente con la vibración. Son inseparables. Akasha es el Yin del Yan del Prana.
 Un concepto moderno que puede ayudarnos a conceptualizar a Akasha o la sustancia primaria, es la idea de los fractales. No fue sino hasta la década de los 80, que los avances en las computadoras nos permitieron visualizar y reproducir en realidad matemática, los patrones de la naturaleza. El término Fractal fue acuñado en 1980 por el matemático Benoit Mandelbrot, quien estudió ciertas ecuaciones matemáticas simples que cuando se repiten producen una serie interminable de cambios en las formas matemáticas o geométricas dentro de un marco limitado. Son limitadas, pero al mismo tiempo infinitas.  Un fractal es una forma geométrica aproximada que se puede dividir en partes, cada una de las cuales, es una copia reducida del patrón completo. Una propiedad llamada auto semejanza. Los fractales de Mandelbrot han sido llamados “las huellas digitales de Dios”. 



Obras de arte creadas por la propia naturaleza. Si se giran la figura de Mandelbrot de cierta forma, luce muy similar a una deidad hindú o a un Buda. Esta figura fue llamada Figura Budabrot. 
Si nos fijamos en algunas formas de arte y arquitectura antigua, veremos que los humanos hemos asociado la belleza y lo sagrado con patrones fractales desde hace ya mucho tiempo. Infinitamente complejos, sin embargo, cada parte contiene la semilla para recrear el conjunto. Los fractales han cambiado el punto de vista de los matemáticos, respecto a la percepción y el funcionamiento del universo. Con cada nuevo nivel de aumento, surgen diferencias del original. El cambio y la transformación constante ocurren a medida que atravesamos el nivel de un detalle fractal a otra. Esta transformación es el espiral cósmico, la inteligencia intrínseca de la matriz del espacio tiempo.
Los fractales son caóticos en su esencia, contienen ruido y orden. Cuando nuestras mentes reconocen y definen un patrón, nos enfocamos en él como si fuera una cosa aparte. Tratamos de encontrar los patrones que consideramos bellos, pero a fin de sostenerlos en nuestras mentes, debemos apartar el resto del fractal. COMPRENDER UN FRACTAL CON LOS SENTIDOS ES LIMITAR SU MOVIMIENTO. Toda la energía del universo es neutral, atemporal, y carece de dimensiones. Nuestra propia creatividad y la capacidad de reconocimiento de patrones es la relación entre el microcosmos y el macrocosmos.  El mundo eterno de las ondas y el sólido mundo de las cosas. La observación es un acto de creación a través de las limitaciones inherentes del pensamiento. Estamos creando la ilusión de solidez de las cosas, al etiquetarlas y nombrarlas. El filósofo Kierkegaard dijo: “Si me nombras, me niegas”. Al darme un nombre, una etiqueta niegas las otras posibilidades que yo podría ser. Encasillas a la partícula en ser una cosa, al nombrarla, al concretarse, pero al mismo tiempo la estás creando, la defines para que exista.
La creatividad es nuestra naturaleza más elevada. Con la creación de las cosas, viene el tiempo, lo cual crea la ilusión de solidez. Einstein fue el primer científico en comprender que lo que consideramos espacio vacío no es la nada.  Posee propiedades y cantidades de energía casi incalculables son parte intrínseca de la naturaleza del espacio. El famoso físico Richard Feinmann dijo una vez: “Hay suficiente energía en un solo metro cúbico de espacio para hervir todos los océanos del mundo.” Los meditadores avanzados saben que en el silencio se encuentra el mayor poder.
Buda tenía otro término para la sustancia primaria: la llamaba Kalapas. Las Kalapas son como partículas y ondas minúsculas que están surgiendo y desapareciendo miles de millones de veces por segundo. En ese sentido, la realidad es como una serie de cuadros en una cámara holográfica moviéndose rápidamente para crear la ilusión de continuidad. Cuando la conciencia se queda completamente inmóvil, se comprende la ilusión, pues es la conciencia misma la que genera la ilusión.


En las tradiciones antiguas orientales, se sabía desde hace miles de años, que todo es vibración. Nada Brahma, el universo es sonido. La palabra Nada significa sonido o vibración. Y Brahma es el nombre de Dios y al mismo tiempo Brahma es el universo y es el creador. El artista y el arte son inseparables. En los Upanishads, uno de los más antiguos registros de los seres humanos en la antigua India, se dice que Brahma el creador estaba sentado sobre una flor de loto, abrió los ojos y el mundo surgió. Brahma cierra sus ojos y un mundo entero cesa de existir. Algunos místicos, yoguis y sabios han sostenido que hay un campo a nivel de la raíz de la conciencia: el campo Akáshico o los registros Akáshicos, donde toda la información y todas las experiencias del pasado, presente y futuro existen ahora y siempre. Es este campo o matriz de la que surgen todas las cosas, desde las partículas subatómicas, las galaxias, las estrellas, los planetas y toda la vida.
Nunca ves nada en su totalidad ya que todo está formado de capas y capas de vibración, y está constantemente cambiando, intercambiando información con Akasha. Un árbol bebe del sol, del aire, de la lluvia y de la tierra. Un mundo de energía entra y sale de esta cosa llamada árbol. Cuando la mente pensante permanece en calma, observas la realidad tal como es, todos los aspectos del conjunto: el árbol, el cielo, la tierra, la lluvia, y las estrellas no están separados. La vida y la muerte, el yo y el otro no están separados, así como la montaña y el valle son inseparables.
En las tradiciones indígenas de los Estados Unidos y en otras tradiciones indígenas, se dice que cada cosa tiene espíritu, lo cual es otra forma de decir que todo esta conectado con la única fuente de vibración. Hay una conciencia, un campo, una fuerza que se mueve a través de todo. Este campo no está sucediendo a tu alrededor, sino a través de ti y en calidad de tu esencia. Tú eres la u en la palabra “universo”. ERES LOS OJOS CON LOS CUALES LA CREACIÓN SE OBSERVA A SÍ MISMA: Cuando te despiertas de un sueño, te das cuenta que todo lo del sueño era parte de ti, que tú lo estabas creando. Es igual para lo que llamamos la vida real. Cada uno y cada cosa eres tú. La única conciencia mirando a través de cada ojo, bajo cada roca, dentro de cada partícula.

Los investigadores internacionales del CERN, el laboratorio europeo de física de partículas, están buscando este campo que se extiende a lo largo de todas las cosas, pero en lugar de mirar hacia dentro, miran al mundo físico externo. Científicos del laboratorio CERN en Ginebra, Suiza anunciaron que habían encontrado el Bosón de Higgs o la Partícula de Dios. Los experimentos del Bosón de Higgs demostraron científicamente que un campo de energía invisible llena el vacío del espacio.


El gran Colisionador de Hadrones del CERN consiste en un anillo de 17 millas de circunferencia, en la que dos haces de partículas corren en direcciones opuestas, convergiendo y estrellándose casi a la velocidad de la luz. Los científicos observan lo que surge de las violentas colisiones. El modelo standard no puede explicar cómo las partículas obtienen su masa. Todo parece estar compuesto de vibraciones, pero no hay ninguna cosa que esté siendo vibrada.
Es como si hubiera un bailarín invisible, una sombra danzando oculta en el ballet del universo. Los demás bailarines siempre han danzado alrededor de este bailarín oculto. Hemos observado la coreografía, pero hasta ahora no podíamos observar el bailarín: La denominada Partícula de Dios, las propiedades de la materia básica del universo, el núcleo de toda la materia que constituiría la masa y la energía inexplicable que acciona la expansión del universo. Pero lejos de explicar la naturaleza del universo, el descubrimiento del Bosón de Higgs simplemente revela que el universo es mucho más misterioso de lo que jamás imaginamos. La ciencia se acerca al umbral entre la conciencia y la materia, el ojo con el cual observamos el campo primordial y el ojo con el cual el campo nos observa, son uno y el mismo. 
El célebre escritor alemán Wolfgang von Goethe dijo: “La onda es el fenómeno primordial que dio origen al mundo”. La Cimática es el estudio del sonido visible. La palabra Cimática proviene de la raíz griega Cyma, que significa onda o vibración. Uno de los primeros científicos occidentales que estudió con seriedad el fenómeno de las ondas fue Ernst Chladni, un músico y físico alemán que murió en el siglo 18. Chladni descubrió que cuando colocaba arena en placas de metal y luego hacía vibrar las placas con un arco de violín, la arena se organizaba en figuras con patrones. Diferentes formas geométricas aparecían dependiendo de la vibración producida. Chladni registró un catálogo completo de estas formas que se conocen como las figuras de Chladni. Muchos de estos patrones se pueden encontrar en toda la naturaleza, como el caso de las manchas distintivas de la tortuga o los patrones de manchas del leopardo. El estudio de los patrones Chladni o patrones cimáticos, es uno de los métodos secretos con el que los fabricantes de alta calidad de guitarras, violines y otros instrumentos prueban la calidad del sonido que emiten. 
Hans Jenny expandió el trabajo de Chladni en los años sesenta, usando varios líquidos y amplificación electrónica para generar frecuencias de sonido y así acuñó el término Cimática. Si se envían ondas sinusoidales simples a través de un recipiente con agua, se pueden ver los patrones en el agua. Dependiendo de la frecuencia de la onda, aparecerán diferentes patrones de onda. Cuanto más elevada sea la frecuencia, más complejo será el patrón.  Estas formas son repetibles, no aleatorias. Cuanto más se observa, más se ve como la vibración organiza la materia en formas complejas que comenzaron en simples ondas repetitivas. Hay vibraciones de agua con patrones similares a un girasol. Tan solo cambiando la frecuencia de sonido, se obtiene un patrón diferente.


El agua es una sustancia muy misteriosa, es altamente impresionable, es decir, puede recibir y retener la vibración. Debido a su capacidad y sensibilidad de resonancia elevada, y a su disposición interna para resonar, el agua responde instantáneamente a todos los tipos de ondas acústicas. Agua y tierra vibrantes constituyen la mayoría de la masa en las plantas y los animales. Es fácil observar como simples vibraciones en el agua, pueden crear patrones naturales reconocibles. Pero a medida que agregamos sólidos y aumentamos la amplitud, las cosas se ponen aun más interesantes. Al añadir almidón de maíz al agua, observamos fenómenos más complejos. Tal vez, los principios de la vida en sí se pueden observar conforme las vibraciones mueven las burbujas del almidón de maíz en lo que parece ser un organismo en movimiento.
El principio que anima el universo se describe en todas las grandes religiones usando las palabras que reflejan el conocimiento de ese momento en la historia. En el idioma de los incas, el imperio más grande de la América precolombina, la palabra para el cuerpo humano es Alpa Camasca, lo que significa literalmente “tierra viviente”. En la Cábala o misticismo judío, se habla del nombre divino de Dios, el nombre que no puede pronunciarse porque es una vibración que está en todas partes. Se trata de todas las palabras, toda la materia. Todo es la palabra sagrada y secreta.
  El tetraedro es la forma más simple que puede existir en tres dimensiones. Algo debe tener por lo menos 4 puntos para tener realidad física. La estructura del triángulo es el único patrón de la naturaleza que se auto estabiliza. En el Antiguo Testamento, la palabra Tetragrámaton se usaba a menudo para representar una cierta manifestación de Dios. Se usaba cuando se hablaba de la palabra de Dios o del nombre especial de Dios, Logos o la palabra primordial. Las antiguas civilizaciones sabían que en la estructura de la raíz del universo estaba la figura tetraédrica. De esta forma, la naturaleza exhibe un impulso fundamental hacia el equilibrio: Shiva. Pero a la vez, exhibe un impulso fundamental hacia el cambio: Shakti.
En la Biblia, el evangelio de Juan dice comúnmente “En el principio, era la palabra” pero en el texto original, el término utilizado fue LOGOS. El filosofo griego Heráclito quien vivió unos 500 años antes de Cristo, se refirió al Logos como algo fundamentalmente incognoscible, como el origen de toda repetición, patrón y forma. Los filósofos estoicos que siguieron las enseñanzas de Heráclito, identifican el término con el principio inspirador divino que impregna el universo. En el sufismo, el Logos está en todas partes y en todas las cosas. Es aquello de lo cual lo no manifiesto se manifiesta.  En la tradición hindú, Shiva Nataraja significa literalmente “Señor de la Danza”. El cosmos entero danza al tambor de Shiva. Toda está imbuido o impregnado con la pulsación. El mundo puede seguir evolucionando y cambiando solo mientras Shiva siga danzando. De otra forma, colapsaría de regreso a la nada. Mientras que Shiva representa nuestra conciencia de espectadores, Shakti es la sustancia o la materia del mundo. Mientras Shiva yace en meditación, Shakti trata de incitarlo a la danza. Como el Yin y el Yan, el bailarín y el baile existen como uno. 
Logos también significa verdad inocultable. Aquel que conoce el logos, conoce la verdad. Existen muchas capas de encubrimiento en el mundo humano, como consecuencia de los múltiples giros de Akasha, hasta convertirse en estructuras complejas que ocultan la fuente, de sí mismos. Como un juego divino de las escondidas, nos hemos ocultado desde hace miles de años y eventualmente nos hemos olvidado por completo del juego. De alguna forma, nos olvidamos que había algo que encontrar.


En el budismo, se enseña a través de la meditación a percibir directamente el Logos, el campo del cambio o impermanencia en nuestro interior. Cuando observas tu mundo interior, observas energías y sensaciones cada vez más sutiles, conforme la mente se concentra y se enfoca. A través de la comprensión directa del Anicha o impermanencia al nivel de la raíz de la sensación, uno se libera del apego a las formas externas transitorias. Una vez que tomamos conciencia de que hay un campo vibratorio que es la raíz común de todas las religiones, ¿Cómo podemos decir “esta es mi religión” o “mi Om primordial” o “mi campo cuántico”?
La verdadera crisis en nuestro mundo no es de carácter social, político o económico. Nuestra crisis es de conciencia: la incapacidad de experimentar realmente nuestra verdadera naturaleza, la incapacidad de reconocer esto en todo el mundo y en todas las cosas. En la tradición budista, el Bodhisattva es la persona con una naturaleza búdica despierta. Un Bodhisattva se compromete a ayudar a despertar a cada ser en el universo, comprendiendo que solo hay una conciencia. Para despertar al verdadero ser, uno debe despertar a todos los seres.

“Existen innumerables seres conscientes en el universo. Me comprometo a ayudar a despertarlos. Mis imperfecciones son inagotables.  Prometo vencerlas todas. El Dharma es inescrutable. Me comprometo a conocerlo. El camino al despertar es inalcanzable. Me comprometo a alcanzarlo.”


Inner Worlds, Outer Worlds. Parte I: Akasha, 2012.
Daniel Schmidt.

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